miércoles, 26 de octubre de 2016

¿NOS ASESORAMOS LO SUFICIENTE A LA HORA DE ELEGIR VIVIENDA?

La respuesta está muy clara: NO!

Si optamos por el alquiler, el cambio en caso de arrepentimiento, puede ser ágil. Pero si se trata de adquisición por compra de vivienda, la cuestión puede convertirse en un “condicionamiento” de por vida, serio.

Para ser claros y concisos, procedo a detallar, por orden de importancia las cuestiones y parámetros determinantes a la hora de elegir nuestra vivienda. 
El objetivo sería evitar el posterior arrepentimiento y que la situación se convierta, cuanto menos, en “incómoda”:

       1. ZONA
Aunque esta cuestión debería ser la principal por la cual alguien elige vivienda, resulta que no es así, el cliente medio tiene en cuenta antes otros factores como puede ser el precio.
A mi parecer y tras mi larga experiencia en el sector, es el más determinante. El potencial comprador debe elegir en función de la ubicación de su trabajo, colegios, etc; es decir, de su día a día para que la vivienda cumpla realmente su función. 
Además, habría que tener en cuenta que se trata de la inversión de nuestra vida y por tanto debemos valorarla como tal. Para ello, habría que considerar la posible futura comercialización o bien las posibilidades de demanda de alquiler en caso de necesitarlo. 
Se trata del activo familiar más importante. Suele suponer el mayor porcentaje de nuestros ingresos mensuales y además hay que estimar el coste de mantenimiento que también hay que tenerlo en cuenta.

        2.- PRECIO
Es un parámetro determinante a tener en cuenta, no cabe duda; pero no el precio a secas, sino la relación zona-precio.
Aunque el importe del precio puede condicionarnos la posibilidad o no de comprar, éste deber ser concluyente para exponer si estamos en condiciones de comprar, o bien, debemos inclinarnos hacia el alquiler, según nuestra situación económica, laboral etc. 
                                                     
        3.-  SUPERFICIE O DIMENSIONES
Superficie o dimensiones apropiadas a nuestra unidad familiar. En esta cuestión se suele acertar bastante por parte del cliente medio. Las necesidades de cada uno las tenemos perfectamente identificadas, si bien, sabemos que nuestras condiciones personales o familiares cambian a lo largo de los años, pero las previsiones de futuro debemos considerarlas, aunque no pueden ser determinantes.

       4.- ESTADO DE LA VIVIENDA
Aunque “a priori” parezca que este dato pudiera ser el más determinante, ya que es el espacio donde vamos a desarrollar nuestra vida los siguientes años, resulta que lo colocamos en último lugar. Nos basamos en que el estado de la vivienda es totalmente “modificable”. 
Además, el precio debe estar acorde al este estado de construcción y conservación; por tanto, debe existir un margen de precio que nos permitiría acondicionar la vivienda a nuestros gustos particulares, y más aún siendo las terminaciones, acabados y decoración lo más personal que hay en esta elección. 



Todo lo que se indica en este artículo, se detalla, dando por supuesto que la vivienda que adquirimos cumple todas las condiciones legales y de seguridad oportunas.

Si observamos alguna cuestión que nos ofrece dudas, lo más recomendable como garantía de tranquilidad, sería encargar a un profesional cualificado algún tipo de informe técnico que nos las aclare y tener la plena tranquilidad de que elegimos la mejor opción a nuestro alcance y además podemos asegurarnos de que el precio ofertado está acorde al mercado del momento. 

El asesoramiento en este tipo de decisiones suele ser muy económico en comparación con la repercusión que puede tener a medio y largo plazo. 
Se trata de una de las elecciones más importantes que hacemos en nuestra vida y se realiza, según la persona, en escasas ocasiones a lo largo ésta.


Espero que les sea de la máxima utilidad.

Alicia G